Prof. Alfonsina del Río
adelrio@speedy.com.ar

domingo, 24 de octubre de 2010

Boletines

Por: Mazzilli Evangelina









Sistemas de calificaciones

Por: Mazzilli Evangelina
El boletín escolar
Mediante este informe, me gustaría dejar registrados algunos de los cambios que sufrió el boletín escolar, ya sea desde la manera en que fue variando según las épocas, como también las diferentes funciones que le fueron asignadas. Mi objetivo entonces, es demostrar cómo fue complejizándose la organización bajo la cual se presentaba la información, y detallar aquellas modificaciones que se generaron con el tiempo.
A partir de la lectura de un artículo de Nicolás Arata, denominado “El boletín”, que se encuentra dentro de la Revista el Monitor, puedo considerar que el mismo es un instrumento cuya finalidad reside en establecer un sistema de evaluación, calificación y promoción de alumnos que, al mismo tiempo, fuera capaz de incorporarlos a una serie de rutinas ordenadas.
Por otro lado, el boletín fue concebido como el medio privilegiado mediante el cual se comunicaban los progresos, o no, de cada alumno. Vale mencionar, que no siempre se denominó así, sino que fue conocido como libreta escolar, boletín de notas, documento de evaluación, libreta de calificaciones, libreta de seguimiento escolar, entre otros.
Nicolás Arata, cita una obra de Herminia Brumana en la que expresa que en los primeros tiempos, el boletín, era un papelito escrito con tinta negra, de puño y letra de maestra, en donde decía: “pasa de grado”, o en tinta roja: “no pasa de grado”
Luego de observar un boletín del año 1954, puedo destacar el lugar y la importancia que le otorgaban a los registros del “ahorro” del alumno por mes. Entre las materias que se evaluaban se encontraban: lenguaje, matemática, unidad de trabajo, religión o moral, conducta e inasistencias. Vale aclarar que las evaluaciones en este momento eran mensuales, y se llevaba a cabo un ritual escolar, el cual consistía en una jornada donde se entregaba el boletín al padre, tutor o encargado del alumno, con el objetivo de reducir la posibilidad de falsificar las firmas. No debo dejar de mencionar que no cualquiera podía completar un boletín, era la maestra o aquellos que tenían firma en la institución.
Durante el año 1955, las asignaturas a evaluar eran las mismas que el año anterior, pero quiero resaltar las devoluciones de la maestra hacia los alumnos. Las mismas, como se podrán observar en las fotografías, no van más allá de un simple: “sos muy buen alumna” o “sigue así”, sin expresar detalles que lo que aquello significa.
En el año 1964, se incorpora la educación física y la música como asignaturas de evaluación. Por otro lado, se hace hincapié al desenvolvimiento de cada alumno y se le otorga un casillero para ser evaluado en el boletín. Con respecto a las devoluciones de la maestra, continuaron presentando poco desarrollo sobre el desempeño de los alumnos.
Un año más tarde, se otorga lugar entre las calificaciones al Aseo.
Observando boletines de los años 70 en adelante, puedo resaltar que las calificaciones dejan de ser numéricas y se utiliza la letra “s” significando suficiente, o la letra “i”, insuficiente. Por otro lado, comienza a visualizarse mayor prioridad al comportamiento en clase, ya sea conversar o moverse del banco.
En el boletín que analicé del año 71, encontré entre las devoluciones de la maestra, una en particular que llamó inmediatamente mi atención, por eso, la dejé registrada entre las fotografías para que poder compartirla. Se trata de una advertencia que deja registrada la maestra hacia el alumno, en donde expresa y detalla lo siguiente: “si el mes venidero no te aplicas te aplazo y repetirás el grado”.
Al año siguiente, observé que las calificaciones vuelven a ser numéricas en algunas instituciones, sin embargo, nunca dejaron de ser mensuales.
En el año 1973, la materia “lenguaje” pasa a llamarse “expresión” según mis registros, y un año más tarde se incorpora la educación estética, las ciencias naturales y las ciencias sociales.
A partir de los años 80, la entrega de boletines sufrió un cambio significativo, ya que las evaluaciones se realizaban trimestralmente, aunque la modalidad de entrega no varió, porque los padres o responsables debían acercarse a las instituciones para firmar los mismos. En ese momento, la maestra dedicaba unos minutos a cada padre para hacer una devolución oral sobre cada alumno.
Hoy en día, los boletines de calificación son entregados en manos de los alumnos y pueden ser llevados a los hogares, ya que no se realiza una jornada especial para su entrega.
Puedo concluir entonces, que el boletín como elemento de la cultura escolar nos permite reflexionar en torno a una serie de aspectos relacionados con la escuela.
Fuentes:
Arata, Nicolás. “El boletín”, Revista el Monitor : http://www.me.gov.ar/monitor/nro0/pdf/monitor17.pdf

viernes, 22 de octubre de 2010

La Dictadura Militar (1976-1983). Causas y consecuencias en la literatura infantil de la época.

AUTORES: Zulema González y Cristian Maciel

Con la firma del ministro de educación de la dictadura Juan José Catalán, el 27 de octubre de 1978 entró en vigencia la Resolución 538; su propósito fue “la erradicación de la subversión en todas sus formas”.
A tal fin, entre otras acciones se distribuyó en todos los establecimientos educacionales un folleto titulado “Subversión en el ámbito educativo (Conozcamos a nuestro enemigo. 
Citaremos del texto los siguientes párrafos:
“se han evidenciado los síntomas de una grave enfermedad moral (que podríamos denominar “Síndrome social”), que afectó de una manera u otra a toda la estructura educativa y en forma particularmente virulenta a los funcionarios, docentes y estudiantes, que ingresaron o colaboraron con las bandas de delincuentes subversivos marxistas”; agrega que “ el accionar subversivo se desarrolla a través de maestros ideológicamente captados, que inciden sobre las mentes de los pequeños alumnos, fomentando el desarrollo de ideas y conductas rebeldes”.

La dictadura consideró a la cultura como un terreno más de confrontación bélica.
La represión y el disciplinamiento no sólo se llevaron a cabo a través de los grupos de tareas y el exterminio de los opositores, sino también se incluyó la quema de libros, la prohibición o modificación (recorte) de materiales cinematográficos y el rechazo, casi absoluto, de las manifestaciones artísticas, llevando el teatro a la extinción.  
“Civilizar” fue suprimir toda disidencia, fomentar la ignorancia y eliminar cualquier “exceso de imaginación”.
En este período cumplieron un importante rol los civiles que colaboraron con la dictadura en cargos oficiales pertenecientes a los servicios de inteligencia, o como funcionarios públicos.
En algunos casos es evidente la presencia de la pluma de especialistas en letras y sociología. En una entrevista del año 2001, la docente y escritora Laura Devetach, a propósito de la prohibición de su libro “La torre de cubos”, señala como encargados de la censura a “colegas docentes que están en funciones en las provincias de Santa Fe y Buenos Aires”.
En esta página pueden escuchar o leer varias entrevistas realizadas a escritores de la época, y en especial una de Laura Devetach del año 2007 sobre el tema:
http://www.buenosaires.gob.ar
Otro ejemplo emblemático de censura en la literatura infantil, es el del libro de cuentos “Un elefante ocupa mucho espacio” de Elsa Bornemann, prohibido por Decreto 3155 del P.E.N, por considerarse que “se trata de cuentos destinados al público infantil con una finalidad de adoctrinamiento que resulta preparatorio para la tarea de captación ideológica del accionar subversivo”, y que “de su análisis surge una posición que agravia a la moral, a la familia, al ser humano y a la sociedad que este compone”.

Textos infantiles y adolescentes prohibidos en la dictadura. La lista no puede ser completa dado que algunos fueron decretos provinciales o parciales nada más.

El autoritarismo dentro de la enseñanza primaria, no sólo se manifestó a través de la prohibición de la literatura infantil, consistió en una férrea disciplina caracterizada por los controles curriculares, la quema de material bibliográfico importantísimo y la censura, persecución y desaparición de aquellos docentes y/o estudiantes que no consideraron a estos textos como subversivos.
Hay que tener en cuenta, que también existió una fuerte oposición a los ámbitos colectivos, asambleas y elección de delegados, dentro del marco del proyecto denominado “Operativo de Claridad”.
Dentro de este contexto histórico y en conmemoración al Bicentenario Argentino, consideramos transmitir a la memoria colectiva estos hechos, que a nuestro entender promovieron la ignorancia y vaciamiento ideológico en todas sus formas posibles.
Es necesario sembrar desde la educación primaria, criterio de justicia e igualdad, acorde a diversidad cultural, y dirigirnos hacia una nueva ciudadanía intercultural y solidaria.
La literatura infantil, con sus significaciones, nos permiten enriquecer y transferir los valores de igualdad, solidaridad y justicia, al mismo tiempo que desarrolla en nuestros alumnos la creatividad e imaginación necesaria para construir la autonomía de pensamiento que se requiere en esta sociedad confusa y cambiante.
Pero sobre todo, no olvidar a aquellas personas escritores, docentes, estudiantes, etc. que lucharon incansablemente para ser libres.


Enlaces recomendados:


http://www.buenosaires.gob.ar Entrevista a Laura Devetach.

“Escúchalo, no tiene desperdicio”



Compartimos el capitulo III del “Manual Antisubversivo” y ¿Qué hace usted para que su hijo no sea guerrillero?, un artículo periodístico significativo:

Pueden ingresar a www.taringa.com.ar y busca “manual antisubversivo” o

directamente copiar y pegar este enlace:

http://www.taringa.net/posts/info/2374343/Manual-Antisubversivo.html

Libro recomendado:

Pineau, Pablo; Mariño, Marcelo; Arata, Nicolás y Mercado, Belén, El principio del fin. Políticas y memorias de la educación en la última dictadura militar (1976-1983), Buenos Aires: Colihue, 2006