Con la firma del ministro de educación de la dictadura Juan José Catalán, el 27 de octubre de 1978 entró en vigencia la Resolución 538; su propósito fue “la erradicación de la subversión en todas sus formas”.
A tal fin, entre otras acciones se distribuyó en todos los establecimientos educacionales un folleto titulado “Subversión en el ámbito educativo (Conozcamos a nuestro enemigo.
Citaremos del texto los siguientes párrafos:
“se han evidenciado los síntomas de una grave enfermedad moral (que podríamos denominar “Síndrome social”), que afectó de una manera u otra a toda la estructura educativa y en forma particularmente virulenta a los funcionarios, docentes y estudiantes, que ingresaron o colaboraron con las bandas de delincuentes subversivos marxistas”; agrega que “ el accionar subversivo se desarrolla a través de maestros ideológicamente captados, que inciden sobre las mentes de los pequeños alumnos, fomentando el desarrollo de ideas y conductas rebeldes”.
La dictadura consideró a la cultura como un terreno más de confrontación bélica.
La represión y el disciplinamiento no sólo se llevaron a cabo a través de los grupos de tareas y el exterminio de los opositores, sino también se incluyó la quema de libros, la prohibición o modificación (recorte) de materiales cinematográficos y el rechazo, casi absoluto, de las manifestaciones artísticas, llevando el teatro a la extinción.
“Civilizar” fue suprimir toda disidencia, fomentar la ignorancia y eliminar cualquier “exceso de imaginación”.
En este período cumplieron un importante rol los civiles que colaboraron con la dictadura en cargos oficiales pertenecientes a los servicios de inteligencia, o como funcionarios públicos.
En algunos casos es evidente la presencia de la pluma de especialistas en letras y sociología. En una entrevista del año 2001, la docente y escritora Laura Devetach, a propósito de la prohibición de su libro “La torre de cubos”, señala como encargados de la censura a “colegas docentes que están en funciones en las provincias de Santa Fe y Buenos Aires”.
En esta página pueden escuchar o leer varias entrevistas realizadas a escritores de la época, y en especial una de Laura Devetach del año 2007 sobre el tema:
http://www.buenosaires.gob.ar
Otro ejemplo emblemático de censura en la literatura infantil, es el del libro de cuentos “Un elefante ocupa mucho espacio” de Elsa Bornemann, prohibido por Decreto 3155 del P.E.N, por considerarse que “se trata de cuentos destinados al público infantil con una finalidad de adoctrinamiento que resulta preparatorio para la tarea de captación ideológica del accionar subversivo”, y que “de su análisis surge una posición que agravia a la moral, a la familia, al ser humano y a la sociedad que este compone”.
Textos infantiles y adolescentes prohibidos en la dictadura. La lista no puede ser completa dado que algunos fueron decretos provinciales o parciales nada más.
El autoritarismo dentro de la enseñanza primaria, no sólo se manifestó a través de la prohibición de la literatura infantil, consistió en una férrea disciplina caracterizada por los controles curriculares, la quema de material bibliográfico importantísimo y la censura, persecución y desaparición de aquellos docentes y/o estudiantes que no consideraron a estos textos como subversivos.
Hay que tener en cuenta, que también existió una fuerte oposición a los ámbitos colectivos, asambleas y elección de delegados, dentro del marco del proyecto denominado “Operativo de Claridad”.
Dentro de este contexto histórico y en conmemoración al Bicentenario Argentino, consideramos transmitir a la memoria colectiva estos hechos, que a nuestro entender promovieron la ignorancia y vaciamiento ideológico en todas sus formas posibles.
Es necesario sembrar desde la educación primaria, criterio de justicia e igualdad, acorde a diversidad cultural, y dirigirnos hacia una nueva ciudadanía intercultural y solidaria.
La literatura infantil, con sus significaciones, nos permiten enriquecer y transferir los valores de igualdad, solidaridad y justicia, al mismo tiempo que desarrolla en nuestros alumnos la creatividad e imaginación necesaria para construir la autonomía de pensamiento que se requiere en esta sociedad confusa y cambiante.
Pero sobre todo, no olvidar a aquellas personas escritores, docentes, estudiantes, etc. que lucharon incansablemente para ser libres.
Enlaces recomendados:
http://www.buenosaires.gob.ar Entrevista a Laura Devetach.
“Escúchalo, no tiene desperdicio”
Compartimos el capitulo III del “Manual Antisubversivo” y ¿Qué hace usted para que su hijo no sea guerrillero?, un artículo periodístico significativo:
Pueden ingresar a www.taringa.com.ar y busca “manual antisubversivo” o
directamente copiar y pegar este enlace:
http://www.taringa.net/posts/info/2374343/Manual-Antisubversivo.html
Libro recomendado:
Pineau, Pablo; Mariño, Marcelo; Arata, Nicolás y Mercado, Belén, El principio del fin. Políticas y memorias de la educación en la última dictadura militar (1976-1983), Buenos Aires: Colihue, 2006
Esto de sembrar memoria es un ejercicio diario que tenemos que defender siempre y sin importar el aldededor del lugar que ocupa nuestra sombra,de lo contrario...la perdemos!!!!!!!!!!
ResponderEliminarFelicitaciones chicos por este espacio! Al recuperar las historias de escuelas,estamos reviviendo épocas del país que no debemos olvidar! Saludos. Luz
ResponderEliminariara
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